Otro mal peritaje.
 
 
El del hijo del presidente municipal de La Paz no es el único.
 
 
En 1987 una dama intento asustar al novio tomando una pequeña ración de veneno para rata que compró en la tienda La Purísima de las calles 16 de septiembre y Aquiles Serdán; la dama trabajaba en la notaría Pública número 1, de La Paz BCS.
Una semana antes la misma dama había amenazado al novio con cortarse la yugular con el
gollete de un envase de cerveza, de las conocidas como Ballena.
 
El suegro de la dama tenía un pequeño negocio al lado de la antigua fotografía Miguel, de 
las calles Belisario Domínguez y 16 de septiembre, donde la oportuna intervención del policía de guardia del edificio que ocupaban las instalaciones del Ayuntamiento paceño, frenó las intenciones de la bella mujer.
 
Claro, lo que hacia la muchacha era chantajear al entonces estudiante del Tecnológico de 
La Paz, de la carrera de ingeniero en Sistemas de Computación.
 
Fue la tarde noche cuando el joven estudiante recibía su Carta de Pasante cuando la novia,
 junto al suegro celebraban una pequeña recepción sorpresa, y donde, para darle rienda suelta a su patología, tomó una ración de cocaína que esa misma tarde había conseguido con un taxista del Sitio Salvatierra.
 
Al recién egresado no le importó el convivio y se puso a jugar una cascarita de basquetbol
 después de la ceremonia de clausura de cursos, llegando a su residencia en la colonia Juárez (La Posada) casi a medianoche.
 
La desesperación de la joven hacia que se le notara el nerviosismo por lo que acompañó al
 chofer de la familia a dejar a la cocinera a su casa. Por el camino de regreso volvió a 
consumir del polvo blanco que en ese entonces sólo los aduaneros la traficaban con algunos 
mañosos de la localidad.
 
Mientras que el novio se bañaba, la jovencita tomó un poco del veneno de rata que había
 comprado en la tienda del Gavilán.
 
En la fiesta había personajes de la política de los tres poderes así como de la armada 
de México y particulares que se sorprendieron cuando la alegre jovencita empezó a vomitar. 
De inmediato la subieron a la recámara del novio donde la auscultó el médico Antonio 
Villafuerte, mismo que le recetó Primpreram para suspender el vomito.
 
Al suspenderle el vomito, el veneno para ratas empezó a hacer su diabólicos trabajo en 
las entrañas de la dama que no lograba hilvanar ideas o palabra alguna para decir qué era
 realmente lo que le pasaba.
 
La sobredosis de cocaína, el esfuerzo para desalojar el veneno y la obstrucción que le
generó el Primperam, hicieron que la jovencita se desvaneciera lentamente hasta morir 
agarrándose la garganta que le quemaba tráquea y lengua.
 
El pésimo peritaje, construido Ad hoc, hizo que el novio fuera acusado de homicidio pues 
la dama era sobrina de un juez de lo civil y secretaria, como ya se dijo, de una notaria 
publica que resultó ser propiedad del presidente del H. tribunal Superior de Justicia.
 
El acusado pasó varios años en la cárcel hasta que esta redacción publicó la verdad en
 la revista Cárcel Propia del mes de mayo de 1992. Gracias a esa publicación la Corte 
ordenó la reposición del procedimiento desde el auto de formal presión.
 
Peritos de la ciudad de Guadalajara Jalisco les dijeron a los de La Paz que eran unos
 buenas para nada, corruptos, pues el peritaje estaba amañando.
 
El acusado salió libre y hoy se dedica a sus hijos, familia y amigos en una iglesia 
cristiana.
 
Como se puede observar, el caso de cambiar un peritaje no es de ahora, es de toda la 
vida para satisfacer a politiqueros que enlodan la profesión de la política política.
 

Hay s'lechan.

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